jueves, 29 de septiembre de 2011

REVENTANDO LA CARTELERA

Si hay una afición que ha fomentado Rusia, y sobre todo Kaluga, es la de ir al cine. Desde que estoy en Kaluga (y no es hace demasiado), no hay semana que no haya ido al cine. Por cierto, hay que decir que en Kaluga hay una variedad aceptable para poder ir al cine. En la ciudad hay tres cines que, en total, sumarán unas 10 salas.

El caso es que las últimas semanas han sido un poco duras debido a la ausencia de títulos interesantes en cartelera. En las últimas dos semanas he ido a dos pastelones románticos (No se como lo hace y Cuantos tienes?) y a una comedia (el regreso del agente Jonh English). Esta última película me sorprendió, ya que no tenía muchas esperanzas en la misma y tengo que reconocer que, al final, pase un buen rato.




Una cosa que me sorprendió en Rusia es que, generalmente, las grandes superproducciones de Hollywood se estrenan antes aquí que en España. Vamos a ver algún ejemplo.

CRAZY, STUPID, LOVE (ЭТА-ДУРАЦКАЯ-ЛЮБОВЬ). Esta película se estrenó el 22 de septiembre en Rusia. Por lo que he podido ver, en España se estrenará el 7 de octubre.

ACERO PURO (ЖИВАЯ СТАЛЬ). La fecha de estreno para Rusia es el 7 de octubre. En España se podrá ver a partir del 2 de diciembre.


Esto me ha generado que, alguna que otra vez, en España, hablando de pelis, preguntas por esta u aquella otra peli y la gente se queda mirando y pensando: ¿de que habla este tío?

Ya se que muchos estaréis pensando ... vaya bodrios se traga este tío. Cierto, pero como comentaba al principio Rusia ha fomentado en mí la afición DE IR AL CINE, que no la de VER BUEN CINE! ... se ve lo que se puede que, por desgracia, suele ser bastante mediocre. Otro día os hablaré un poco de películas rusas que he visto en los últimos años.

viernes, 16 de septiembre de 2011

TAXI A LA FUGA

Muy buenas a todos! siento la larga pausa, pero entre el cambio de trabajo, la mudanza, unas pequeñas vacaciones, etc ... al final, prácticamente, no he tenido tiempo para asomarme por aquí. Pero finalmente, hoy, me he animado y he decidido iniciar el nuevo curso bloguero. Aprovecho para mandar un fuerte abrazo al gran cachopo, viejo compañero de batallas por los urales y que ahora anda por tierras andinas ... ese cachopo!!!

Bueno, pues el caso es que por fin, ayer, volví a Kaluga tras un largo periplo que me llevó a Gijón, Bilbao, San Sebastián, Madrid, San Petersburgo y, por fin, Kaluga. Creo que otro día haré una entrada en exclusiva dedicada a Pulkovo, el aeropuerto de SPB ... para ponerse a llorar y no parar.

El modus operandi, para llegar a Kaluga es que, una vez que llegas a Moscú (normalmente a Domodedovo ... otro sitio para echarse a llorar), un taxista te espera para llevarte hasta Kaluga. El trayecto es de un par de horas como mínimo. El caso es que ayer me paso algo curioso. Ahora lo cuento, porque no ha pasado nada y queda en una simple anécdota, pero la verdad es que mientras sucedían los hechos no podía ni pestañear. Las carreteras rusas están llenos de puestos de la policía como el que veis en la foto. Muchas veces hay agentes parando a coches de forma aleatoria, o, con toda seguridad, a los que van a una velocidad superior a la permitida. Ayer el taxista que me llevaba iba a una velocidad de crucero de unos 120 kms/h. Parece que no se enteró muy bien de que había un puesto de estos (en los que siempre hay que reducir la velocidad) y el policía de turno se metió en la carretera para darle el alto ... hasta aquí todo normal. El problema se inicio cuando el PEDAZO DE MELÓN, por no decir otra cosa, decidió que no paraba (jarrr). Además, es sabido, que en estos puestos suele haber un coche listo para estas situaciones y emprender la persecución de los que decidan pasar de largo. Como el taxista sabía esto, decidió que o íbamos a 180 como mínimo, o un posible perseguidor nos podría dar caza ... así que allí me tenéis, en la región de Kaluzhk, a las 23:30 de la noche, y volando por una carretera rusa a 180 kms/h. A unos 20 kms del puesto hay una salida para Kaluga. Al tomar la salida, y cruzar la carretera por encima, el taxista pudo observar que nadie nos seguía, por lo que se tranquilizó y siguió la marcha.

Si me paro a pensar un segundo lo que podría haber pasado si a la patrulla policial le da por seguirnos, me pongo a temblar! ... yo, como mínimo, deportado para toda la vida.

Moraleja. Recordarme que la próxima vez que viaje a Domodedovo consulte el horario de los trenes!