
Otros compañeros no han tenido tanta suerte como yo. Creo que el peor caso es el de Salvatore, que se quedó atrapado en Praga y, finalmente, tuvo que volver en autobús (con una par, y eso que no es de Bilbao).
El caso es que ya por fin, mañana, si no hay un nuevo contratiempo, volaré de vuelta a Ekaterimburgo. Quiero aprovechar la entrada para promocionar un bar de Madrid, con mucha solera, y en el que únicamente se pincha música española. La variedad es tanta que puedes escuchar desde los inhumanos a los planetas, pasando por Bunbury o modestia aparte. Además, como buen bar español que se precie está lleno a reventar y el garrafón es de primera.

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