La rusificación es un proceso que ataca de forma directa a todo aquel que pasa una buena temporada en Rusia. Por supuesto, cada persona responde de diferente forma a dicho proceso, pero tarde o temprano empiezan a aparecer diferentes síntomas en los habitantes foráneos que habitan Rusia.
En el tiempo que llevo en Rusia he podido ver como dicho ataque ha tenido efecto en diferentes compañeros de aventuras (hablar de uno mismo es tan difícil!!!) y es cierto que el factor de rusificación no es igual de efectivo con todas sus víctimas … los hay facilones y, otros, más difíciles de transformar.
El caso es que este tiempo me ha servido para detectar áreas en las que el ataque de la rusificación es bastante virulento y, otras, en las que el efecto es muy muy límitado. Voy a poneros el ejemplo de 3 actividades cotidianas en las que el proceso de rusificación es de distinta intensidad:
1. Intensidad baja: LA VESTIMENTA. Efectivamente, este es uno de los apartados en los que he podido observar que el virus rusífero tiene menor fuerza. Está claro que la moda rusa no es el aliado perfecto para cautivar nuevos seguidores. El hecho es que de los compañeros que tengo por aquí ninguno ha sido rusificado en este aspecto.
2. Intensidad media: LA COMIDA. El ataque del virus rusífero en este apartado es curioso. La primera reacción ante este virus es la de rechazo total. Es decir, el extranjero no quiere ni probar la comida rusa: que si muchas especias, que si la smetana no me gusta, etc … pero el virus ataca poco a poco … y, al final, llegan los resultados. Sin llegar a captar adeptos radicales, si es cierto que se empieza a tolerar en mayor medida los ingredientes de la cocina rusa y a consumir de forma habitual.
3. Intensidad alta … a veces pienso que total: LA CONDUCCIÓN. Creo que en este apartado, la gran mayoría de compañeros se han rusificado en 5 minutos … 10 el que más! Un par de veces al volante, y habrás sido consumido por el virus rusificador: no cedes el paso a nadie, los pasos de cebra dejan de existir, cambios de sentido en el lugar que tú decidas, uso del “tercer carril ruso” (las carreteras rusas a los ojos de un español parecen tener únicamente dos carriles. No se tarda mucho en apreciar que existe un tercer carril intermedio que se puedo usar con total libertad y normalidad. Por cierto, si la carretera tiene buenos arcenes, cosa rara por otra parte, la carreta pasaría automáticamente a tener 5 carriles operativos). Es en este apartado donde, sin duda, puedo decir que todo el que se ha puesto al volante de un vehículo ha sido plenamente rusificado.